No tomar al padre hace que mirar hacia tu futuro y avanzar sea muy complicado. Si lo piensas bien, estás aquí por la aportación de papá que te dio la vida al unirse al óvulo de mamá. Sin él no estarías aquí.
Rechazar o excluir al padre hace que te quedes atascado en esa energía de lucha. Aparecen las críticas constantes y un reclamo desde el niño, no desde el adulto. Con este reclamo sigues pidiendo lo que no te pudo dar en su momento.
Aquello que te gusta y aquello que no te gusta de papá, también está en ti. Tomar al padre es aceptarlo tal y como es, con sus luces y sus sombras.
Al tomar al padre: