Normalmente los seres humanos huyen ante las emociones negativas como el odio, el enojo o el miedo. Huir es un instinto que nos protege del peligro, pero no de la agresión. El niño, igual que el adulto, se protege contra los sentimientos que lo debilitan y obstaculizan en su vida. Su protección son la rabia y el enojo, esta es la coraza que lo protege de seguir siendo lastimado, ésta da la sensación de fuerza, pero provoca un inmenso distanciamiento dentro de la relación con quienes lo rodean. Solo hasta que el enojo es expresado y deja de sentirse dentro del cuerpo, pueden surgir los sentimientos subyacentes: la tristeza y el miedo. Tras haber sacado a la luz todo el dolor acumulado mediante miles de lágrimas, el canal hacía el amor va abriéndose poco a poco. El proceso es dramático y doloroso, pero es la única manera de sentir conscientemente el amor; es como curar una herida. Para que pueda sanar es necesario primero limpiarla hasta el fondo y esto es lo que más duele. No es posible sentir el amor plenamente si antes no se ha expresado toda la rabia y el dolor existentes dentro de una relación.
“El ser humano es el ser más evolucionado en la escala de los seres de la creación y sólo puede volverse más humano si convierte el amor en su principal mandato”. Esto lo aprendí de Laura Rincón Gallardo, en su libro El abrazo que lleva al amor. Amé la lectura de este libro porque me permitió hacerme consciente del dolor que llevaba dentro de mi corazón, dolor a través del cual validaba el estado emocional de víctima tras el cual me escudé durante años, y en el que por supuesto, no hubiera sido capaz de aprender a hacerme responsable y protagonista de mí vida.
Dentro de la información que comparte en su libro sobre la terapia de contención, Laura explica que ésta es el acceso a la confrontación emocional entre dos seres que se quieren, cuya relación se encuentra tan lastimada que ningún otro tipo de confrontación podría ayudarlos. Está terapia se realiza mediante un estrecho abrazo en el que ambas partes expresan su dolor cuerpo a cuerpo, corazón a corazón y cara a cara, hasta que se han sentido uno al otro y su amor puede fluir libremente. Explica también que muchas personas creen que pueden liberarse de sus sentimientos negativos suprimiéndolos, olvidándolos o pensando en otra cosa. Pero que la mejor forma de ayudar a las personas a liberarse de sus sentimientos negativos es alentándolas a expresarse libremente porque la experiencia de ser escuchado y comprendido por otra persona es tan satisfactoria que hace que quien habla sienta cariño por el que escucha, explica Laura respecto a la escucha activa o generosa. Laura propone varios métodos y algunos pasos para aprender a resolver problemas: 1- Identificación y definición del problema. 2- Generar alternativas posibles para la solución. 3- Evaluación de las alternativas. 4- Decidir entre las partes involucradas cuál solución es la mejor. 5- Implementarlas o ponerlas en acción. 6- Acordar el tiempo en el que reevaluaran los logros alcanzados. Recomiendo la lectura del libro.
Carolina Alcázar
