Tomártelo Personal o Aceptar, Perdonar y Soltar

Me hicieron en un correo electrónico la pregunta directa de ¿Cómo haces para aceptar, perdonar y soltar algo que consideras injusto o traición?  Me gustaría compartir contigo mi punto de vista sobre cómo o de qué otra forma podemos ver la misma situación sin considerarla injusticia o traición.  Tomarnos las cosas de manera personal no es una forma amorosa de tratarte a ti misma ni a los demás.  Cuando le das más peso o valor a lo que otros dicen o hacen irremediablemente vas a perder el control sobre cómo reaccionar o sentirte ante una situación.  Que al final es el único control que realmente tenemos, y que nadie puede arrebatarnos pues la elección sobre cómo sentirnos viene de nuestro interior, no de las acciones de los demás.  

Imagínate, si cada situación negativa que afrontamos la tomamos de una forma personal, podemos llegar a pensar: 1- Que somos culpables, 2- Que somos poco valiosos 3- Que los demás están en nuestra contra.  Si consideras que quienes “actuaron mal” están en tu contra y no valoran tu trabajo, pierdes objetividad y tus emociones se sienten más intensas de lo que realmente son, por todo el juicio de valor que le has dado a los hechos y porque has adoptado una actitud, hostil o defensiva.

Como le expliqué a quien me escribió, con mi nota no quiero defender ni atacar a nadie, mi único objetivo es poder ayudarte a ver que existen muchos puntos de vista que son imposibles de reconocer cuando elegimos reaccionar desde el estado de víctima, el sentimiento de ofensa o la percepción de rechazo. 

He aprendido a hacer uso de preguntas que nos ayudan a salir de nuestros estados de víctima, acá te dejo algunas: 

¿Te has puesto en los zapatos de tu sobrina a la que acusas de no haber actuado correctamente? ¿Cómo o qué sintió ella ante lo que estaba sucediendo? ¿Observas su reacción sin juicio? ¿Crees que te juzgo de incapaz? ¿Cómo ves los errores que otros cometen? ¿Condenarlos te sirve de algo? No estar de acuerdo con las acciones de otros ¿te hace sentir bien o mal? ¿Prefieres tener la razón o sentir paz?

Te pido por favor que no justifiques tus respuestas diciendo cosas como: No fue por mi culpa que eso sucedió.  Yo quería para ella lo mejor, pero no fue posible. etc.  Desde tu perspectiva todo eso es cierto. Desde tu realidad también, pero ¿lo fue desde la perspectiva y realidad de ella?  ¿Sabes que sintió o pensó ella realmente?  Eso nunca podrás saberlo.  Muchas veces ni nosotras mismas sabemos por qué actuamos como lo hacemos, pero plantearnos algunas preguntas y responderlas de manera honesta (esto implica tomar ambos puntos de vista, el tuyo y el de la otra persona) nos puede ayudar a encontrar la solución o el entendimiento de porque nos estamos sintiendo mal.  

Cuando lo que te dicen o hacen te lastima y ofende, la forma en que te estás sintiendo tiene más que ver con los conceptos pre aprendidos durante tu vida sobre la familia, que con la acción de tu sobrina política.  Estas son algunas de las frases más trilladas o conocidas sobre la familia: “La familia es lo más sagrado.  Lo primero es la familia.  La familia está para apoyarse y no para lastimarse”. “A la familia se le ama, se le cuida y se le respeta”.  Etc. 

No me dejaras mentir que en las familias pasa de todo, y no me refiero a la tuya o la mía, hablo de las familias en general: robo, traición, critica, ataque, infidelidad, peleas, rechazo, asesinato, secuestros, abandono, abortos, adopciones, buena y mala crianza, buenos y malos tratos, amor, desamor, etc.  ¿Y entonces?  Donde quedo que la familia es lo primero y lo más sagrado, etc.   Lamentablemente las personas a quien más decimos amar es a quienes más lastimamos.   Dime tú, ¿cómo quieres aprovechar tus vínculos familiares? ¿Quieres seguir teniendo la razón o tener paz? Tu paz está a una elección.  

Si quieres sanar, enfócate en ¿qué significan para ti las relaciones familiares? Se empática y ponte en la situación de tu sobrina. No saques conclusiones inmediatas, no tienes la información completa.  Y ya, por último, te invito a que hables con ella cuando te sientas preparada para hacerlo.  Y no para recriminarle sino para comentarle como te sentiste tú desde tus pensamientos e interpretaciones.  

Perdonar, aceptar y dejar ir, son acciones que eliges de manera natural cuando has comprendido y aceptado como válidos ambos puntos de vista. El tuyo y el de la otra persona.  NUNCA ningún punto de vista es mejor que otro.  Son solo eso, puntos de vista.  El problema radica en que nosotros a nuestro punto de vista le llamamos VERDAD y no es una pequeña o una gran verdad, es la ÚNICA verdad.  ¡Te das cuenta por qué peleamos y sufrimos tanto!  

Abrazo tu alma a la distancia deseando para ti amor en tu corazón y paz en tu mente. 

Carolina Alcázar

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