Mí experiencia con de Un Curso de Milagros

He tenido muchos aprendizajes a través de UCDM, especialmente durante el transcurso de los primeros seis meses de este año 2023.  Hoy quiero hacer énfasis en el que me está permitiendo sanar de una manera rápida y amorosa, y esta es, rendirme al Espíritu Santo.  Es mucho más sencillo de lo que puedas imaginarte.  Doy testimonio de que es totalmente posible.   

Rendirse al Espíritu Santo ¿Qué significa para ti rendirse al Espíritu Santo? 

Para mí, significa: Dejar de resistirse.  Dejar de temerle. Reconocer que nunca nos fuimos de Casa, dicho de otra forma, que no estamos separados de Dios.  Creer que nos fuimos, nos llevó a aprender a sentir miedo, culpa y temor al castigo.  

Confiar en que la voluntad del Padre es que despertemos y regresemos a Casa (sabernos en Dios) lo antes posible, y que no tenemos que morir físicamente para lograrlo.  Es necesario tener la certeza que podemos hacer el proceso de regresar a Casa, sin temor a ser castigados, Él nunca nos juzgó.  Nuestro sentimiento de culpa nos hace creer que, Él es como nosotros, que nos deja de amar y que necesitamos hacer mucho para merecer su amor de vuelta, pero no es así. 

El Espíritu Santo, nos recuerda que podemos regresar a Casa, y la manera correcta de hacerlo es entregándonos y entregándole todo en sus manos y permitirle que sea Él quien dirija nuestra vida.  Previo a ello es necesario que reconozcamos y confesemos ante Jesús, nuestros miedos y culpas.  Acá te dejo un ejemplo, lo mejor es que hagas tu propia lista, basada en tus experiencias de vida, en la relación que hasta el día de hoy hayas tenido con Dios, en la relación con tus padres, tu entorno social, tus creencias culturales, tu educación, tus prácticas religiosas o la ausencia de ellas. 

Nuestros Miedos y Culpas. 

  • Todo aquello que nos atrae o rechazamos de los demás o de nosotros mismos.  
  • Lo que envidiamos.  
  • Cómo nos comparamos.  Si nos creemos superiores o inferiores a los demás lo estamos haciendo.  
  • ¿Aceptamos o no, a nuestros padres, tal y como son, o tal y como fueron?  
  • ¿Estamos o no conformes con nuestra situación de vida? ¿Culpamos a otros por ello?
  • ¿Nos castigamos o castigamos a otros fuertemente?
  • ¿Entendemos en realidad qué es la voluntad de Dios?
  • Hemos hecho de todo para ser felices y no lo conseguimos.  
  • ¿Creemos que tenemos derecho a tener paz, a ser abundantes?
  • ¿Nos sentimos como un triunfador o un fracasado?
  • ¿Pensamos en la muerte como una solución para nuestros problemas?
  • ¿Creemos o esperamos que alguien más resuelva nuestra vida?
  • ¿Tenemos rabia reprimida?
  • ¿Reconocemos fácilmente cuando nos hemos equivocado? Etc.  

Lo mejor siempre será que hagas tu propia lista, repito, ésta solo es un ejemplo.  Permítete evocar memorias de momentos en los que has perdido la paz.  Hazlo sin sentir culpa ni vergüenza.  Deja de castigarte con ello.  Solo tu te has juzgado, Dios nunca lo hizo.  Trabajar en este desierto es totalmente posible porque no eres tú quien hace los cambios ni la sanación, es el Espíritu Santo.  Si fueras tú, ya lo habrías logrado antes, pero no fue así.  

Lo siguiente, es que tomes uno por uno los puntos que incluiste en tu lista y le pidas al Espíritu Santo, que busque y encuentre, el momento en que generaste el pensamiento erróneo relacionado con lo que estás dispuesta a sanar.  

Dile, Espíritu Santo, me uno a tu mente, tómame de tu mano, muéstrame el momento en que cree un pensamiento erróneo sobre tal situación. 

El Espíritu Santo, siempre encuentra el momento, porque sabe que cuando le buscas es porque estás dispuesta a perdonar y a elegir tu paz, no importa qué.  

Observa la imagen que el Espíritu Santo pone en tu mente.  No la cuestiones.  Acéptala.  Percibe la emoción que sentiste. No la juzgues.  Con los ojos cerrados ponte frente a ti misma y di: tu nombre.  En mi caso es: 

Carolina, reconoce que fracasaste en tu intento de ser feliz y estás sufriendo, no tienes paz.  Perdónate por haber creado un pensamiento erróneo sobre…mencionas la situación tal y como la escribiste en tu lista…asumo la responsabilidad de lo que hice o dije.  Le digo sí a la fuerza que sentí cuando lo hice, le digo sí a las consecuencias que eso trajo para mí, yo quise. 

Ahora di, Espíritu Santo, me equivoque, me deje engañar por mi falsa identidad, por mi deseo de ser especial, y, por aquello que no era yo.  Te pido perdón por la interpretación que hice de los hechos.  Esta culpa que llevo la dejo en tus manos.  Hazte cargo de esa culpa que es muy pesada para mí y no puedo con ella.  

Das las gracias Espíritu Santo, por lo que trajo a tu consciencia.  Le entregas tu mente para que la sane y tome una nueva decisión en favor de Dios por ti en el momento en que creaste el pensamiento erróneo.  Pídele te de una nueva manera de ver esa situación que te de paz. 

La Vida y el Amor con mayúsculas, están del otro lado del miedo y la culpa.  

Carolina Alcázar

ÚNETE A LA TRIBU

Ingresa tus datos para unirte gratis a la Tribu de Almas Conscientes y recibe mi boletín semanal con información relevante, promociones, fechas de eventos y mucho más.

Escucha el Demo

La versión del libro De Regreso a Casa en audio, leído por Carolina Alcázar.

ÚNETE A LA TRIBU

Ingresa tus datos para unirte gratis a la Tribu de Almas Conscientes y recibe mi boletín semanal con información relevante, promociones, fechas de eventos y mucho más.

Inscripción

Inscríbete a mi evento llenando los siguientes espacios y recibe también mi boletín de manera semanal con información relevante, promociones, fechas de próximos eventos y mucho más.